Mezclar software esclavista (de este tipo es el que hacen los de Microsoft) y educación es, en mi opinión, una idea nefasta, por multitud de opciones, de las que destaco dos:
- ¿El software privativo es educativo? Rotundamente, no. El software libre permite estudiar su comportamiento, arreglar lo que no funcione y mantener los programas aunque los autores originales ya no se hagan cargo de los mismos. Además, legalmente le puedo entregar copias de los programas que vemos en clase a mis alumnos, algo que es muy positivo porque les permite trabajar en casa y aplicar lo que han aprendido en Informática a otros campos (por ejemplo, para redactar trabajos con el procesador de textos, para elaborar presentaciones, retocar fotografías, etc.).
- ¿Educa el software privativo en el consumo responsable? Creo que es nuestra responsabilidad educar en el consumo responsable. Siguiendo el desarrollo de la asignatura de 4º E.S.O., y suponiendo que tuviera que utilizar productos de Microsoft (Dios quiera que nunca tenga que hacerlo), obligaría a los alumnos a gastarse 328,99 € (199,99 € por la compra de Windows 7 Home Premium Full y 129 € por la edición Office 2007 para profesores y estudiantes) para que pudieran practicar en casa lo que vemos en clase. Por suerte, mis estudiantes pueden trabajar en casa con LinEx o con Ubuntu como sistema operativo y con OpenOffice.org como suite ofimática, que tienen un coste de 0 €. Eso sí es educar en el consumo responsable.
Como docente, esta decisión me duele mucho, y aunque creo que en Extremadura las autoridades educativas tienen muy claras las ventajas de usar software libre y siguen apostando decididamente por este tipo de programas, deseo fervientemente que el resto de comunidades autónomas dé la espalda a esta iniciativa.
Yo, por mi parte, seguiré usando LinEx en mis clases.
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